Por XOCHINEWS.COM
Ciudad de México.- Más allá de las cifras y declaraciones, los hechos son visibles —o más bien, ineludibles— en cada auto que cae en un bache y cada ciclista que esquiva un cráter urbano. El programa Bachetón no solo fracasó en su objetivo técnico, sino que exhibió las limitaciones de una administración más enfocada en la propaganda que en la ejecución.
En lugar de corregir el rumbo, Morena optó por blindarse ante las críticas, negar información y desacreditar las voces que exigen rendición de cuentas. El mensaje es claro: no hay voluntad de admitir errores ni de aprender de ellos.
Mientras tanto, la ciudad paga las consecuencias. Calles intransitables, obras mal hechas y millones de pesos sin justificación transparente. Así, el Bachetón se convierte en un caso de estudio sobre cómo no hacer política pública.