Ciudad de México | 17 de septiembre de 2025.- El presidente del Congreso de la Ciudad de México, Jesús Sesma Suárez, inauguró el Congreso Nacional del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares con un discurso lleno de aspiraciones, pero escaso en compromisos y respuestas concretas.
Desde el presídium, acompañado de figuras académicas y judiciales como la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Mónica González Contró, y el presidente del TSJ-CDMX, Rafael Guerra Álvarez, Sesma apostó por un tono conciliador y emocional. Habló de una “justicia más humana”, de que “la justicia debe sentirse en la vida diaria” y de la necesidad de proteger a las personas en sus momentos más vulnerables.
Sin embargo, más allá del lenguaje esperanzador, el legislador capitalino no abordó los desafíos técnicos, logísticos y presupuestales que implica la implementación del nuevo código. Tampoco se refirió a la crisis que viven los tribunales civiles y familiares en la capital, marcada por sobrecarga de trabajo, lentitud procesal y desconfianza ciudadana.
La falta de un diagnóstico claro y de una ruta legislativa concreta para armonizar las leyes locales con el nuevo código dejó una sensación de distancia entre el discurso y la realidad cotidiana. La ciudadanía, que según Sesma debe estar “en el centro de la justicia”, sigue enfrentando procesos costosos, extensos y poco accesibles.
El Congreso Nacional se presenta como una oportunidad de reflexión, pero corre el riesgo de convertirse en una vitrina institucional si no se acompaña de reformas legislativas inmediatas, voluntad política y participación ciudadana efectiva.
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