«Un foro sin voz legislativa: la libertad de expresión que se quedó en el discurso»
Por HHR
CDMX, 23 octubre 2025.- El Congreso de la Ciudad de México organizó con bombo y platillo el foro “Proteger la libertad de expresión en la Ciudad de México”. Un espacio que, en el papel, pretendía sentar las bases para construir una ley de vanguardia en materia de libertad de expresión, según prometió el presidente de la Mesa Directiva, Jesús Sesma Suárez. Sin embargo, el entusiasmo discursivo contrastó con una omisión evidente y preocupante: el foro no incluyó ni un solo espacio dedicado al periodismo legislativo ni invitó a quienes cubren, día a día, la fuente del propio Congreso.
Resulta irónico —y francamente decepcionante— que un evento cuyo propósito es garantizar el derecho a informar y a ser informado, haya marginado precisamente a quienes ejercen ese derecho desde la trinchera más cercana al poder público: las y los reporteros parlamentarios. Esos periodistas que, entre sesiones maratónicas, votaciones a puerta cerrada y discursos repetitivos, documentan las decisiones que afectan directamente a los capitalinos.
Jesús Sesma había asegurado, en un desayuno con la fuente legislativa, que enviaría una propuesta concreta para que los reporteros del Congreso participaran en la construcción de la llamada Ley de Libertad de Expresión. Hoy, ese compromiso parece haberse diluido entre los aplausos y las fotografías oficiales. El foro se convirtió, una vez más, en una vitrina política para repetir lugares comunes sobre la “importancia de la verdad”, “la lucha contra las fake news” y “la protección de los periodistas”, pero sin abrir un solo espacio de diálogo real con quienes viven las limitaciones, presiones y vacíos legales que dice querer resolver.
¿Cómo puede el Congreso capitalino aspirar a construir una ley de referencia nacional sin escuchar a los periodistas que cubren sus propios pasillos? ¿De qué sirve hablar de “responsabilidad y respeto” cuando se excluye a quienes tendrían mucho que decir sobre la opacidad, las trabas informativas y la falta de transparencia en el Legislativo local?
El foro fue, en los hechos, un ejercicio de autocomplacencia. Participaron legisladores de casi todas las bancadas, algunos analistas y representantes de organizaciones civiles, que más bien se convirtió en una pasarela de presentación de libros. Pero faltó lo esencial: la voz del reportero que enfrenta el silencio institucional, la negativa a entregar información o las presiones para maquillar la nota. Hablar de libertad de expresión sin incluir al periodismo legislativo es como hablar de democracia sin ciudadanos.
El Congreso capitalino aún está a tiempo de corregir el rumbo. Si realmente busca crear una ley de vanguardia, debería empezar por abrir el micrófono a quienes trabajan todos los días con la palabra, el dato y la verdad. De lo contrario, esa “libertad de expresión plena” de la que habla Jesús Sesma seguirá siendo, como este foro, un ejercicio de retórica vacía.
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