Redacción
CDMX.- La ofensiva verbal de Trump ha tocado una fibra sensible en la política mexicana: la defensa de la soberanía. En respuesta, la bancada de Morena en el Congreso capitalino fue clara: México no acepta intromisiones, ni mucho menos difamaciones, especialmente de personajes con claros intereses electorales como el expresidente estadounidense.
Esta postura fue reforzada por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien sostuvo que México es un país libre, soberano y con instituciones democráticas sólidas, y que ningún actor externo tiene derecho a opinar ni a interferir en sus procesos internos. El respaldo a Clara Brugada es también un acto de defensa institucional frente a ataques que pretenden deslegitimar al gobierno electo de la capital.
En un contexto global donde la extrema derecha gana terreno con narrativas de odio y miedo, México busca posicionarse como un país con visión progresista, centrado en los derechos, la paz y el desarrollo social. Este conflicto verbal es una muestra más de los contrastes entre ambos modelos de país: mientras uno recurre a la estigmatización y el aislamiento, el otro apuesta por el diálogo, la inclusión y la evidencia.
Los legisladores de Morena enfatizaron que los avances en seguridad, bienestar y participación ciudadana en la capital son innegables, y que cualquier intento de Trump por descalificarlos será respondido con firmeza y dignidad.





