Ciudad de México.– El diputado Pablo Trejo Pérez propuso un punto de acuerdo que, aunque aprobado por unanimidad, dejó al descubierto el fracaso de una política pública: el registro oficial de paseadores de perros. La herramienta existe desde hace tiempo, pero la participación es mínima y la difusión casi inexistente.
“Si solo 18 personas se han registrado, es porque algo no está funcionando. Y eso es responsabilidad de la autoridad, no de la ciudadanía”, sentenció Trejo en su intervención. Su exhorto busca que la Agencia de Atención Animal y las alcaldías tomen cartas en el asunto y activen campañas reales de promoción y profesionalización.
El legislador de Iztacalco señaló que la labor de los paseadores va más allá de una actividad económica informal. Implica el cuidado físico y emocional de los animales, quienes muchas veces pasan horas bajo su resguardo. Sin embargo, la falta de regulación ha generado denuncias por maltrato, negligencia y conflictos en el uso del espacio público.
La crítica fue clara: no se trata de crear registros decorativos, sino de aplicar políticas vivas, útiles y operativas. El reto ahora es que las instituciones dejen de mirar hacia otro lado y se comprometan realmente con el bienestar de los animales.